PARACAÍDAS
Autor: Rogelio Guedea.
Hoy más que nunca nuestra máxima casa de estudios deberá colocar como prioridad de su agenda la unidad de todos sus organismos de operación y organización tanto al interior como al exterior de su comunidad, pues esta es la única manera en que se le dará más solidez al liderazgo y gestión del rector Torres Ortiz ante cualquier amenaza de desestabilización, al tiempo que él mismo podrá fortalecer la sinergia misma de estos organismos. La Federación de Estudiantes Colimenses es importante, por ejemplo, como lo es la de Egresados o Jubilados, pero un organismo que es clave para armonizar la relación entre patrón-trabajador es, sin duda, el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad de Colima (mejor conocido como SUTUC), el cual cuenta con 3,200 trabajadores adscritos y en los próximos días iniciará con su proceso de renovación de su Comité Ejecutivo Central, mismo que habrá de concluirse a finales de mayo, si las condiciones epidemiológicas así lo permiten. Desde febrero de 2017 ha sido Luis Enrique Zamorano quien ha venido trabajando como líder de este Sindicato y, aunque no le han faltado detractores a su gestión, sobre todo de simpatizantes del pasado líder sindical, Leonardo Gutiérrez, lo cierto es que el trabajo de Zamorano ha traído beneficios importantes para los trabajadores, entre los cuales se encuentra el haberse creado un Fondo de Ahorro y Préstamo que actualmente cuenta con más de 2500 trabajadores incorporados que disponen de préstamos con bajos intereses. El Sindicato ha logrado también convenios con más de 60 proveedores de servicios que le otorgan descuentos importantes a los trabajadores con financiamiento sindical. Asimismo, el Sindicato cuenta con un organismo jurídico que presta servicio gratuito a sus sindicalizados y que tan sólo en esta gestión ha resuelto más de quinientos casos de toda índole. Contrario a la gestión anterior, la del mencionado Leonardo Gutiérrez, que fue señalada de opacidad en muchas de sus operaciones financieras, ésta creó una Unidad de Transparencia que va mostrando con claridad el manejo de sus finanzas, además de que el líder sindical da pormenores semestrales al respecto. Por si lo anterior no fuera poco, el Sindicato se ha hecho de más de siete hectáreas de terreno que tiene a disposición de los trabajadores más de 350 lotes a bajo precio para edificación de vivienda. No está de más decir que el SUTUC, con la gestión de Zamorano, fue el primer Sindicato en el estado en actualizar sus estatutos conforme a las modificaciones de la Ley Federal del Trabajo y además cuenta con gestores ante el IMSS para apoyar a sus trabajadores en los trámites relacionados con estos cambios. Todos estos progresos me parecen relevantes, sobre todo por el tipo de liderazgo que Zamorano ha establecido, para nada rijoso ni grupuscular como su antecesor, pero quizá lo más destacable sea que no ha habido necesidad en todo este tiempo de llevar a cabo ningún enfrentamiento frente a la autoridad patronal cuando se ha necesitado hacer respetar el contrato colectivo de trabajo y los intereses de los trabajadores, pese a que la situación financiera universitaria ha requerido en ocasiones de tolerancia y comprensión por parte de la planta laboral. Además de que, hay que decirlo, en esta gestión se ha hecho política sindical y no de ninguna otra, y eso se agradece porque de lo contrario los intereses en lugar de ir en beneficio de los trabajadores lo que hacen es enfatizar los beneficios de uno solo o de un grupo, como fue el caso del anterior líder sindical. Es por eso que es legítimo que el propio Luis Enrique Zamorano busque de nuevo los consensos para reelegirse por un periodo más al frente del SUTUC y continúe consolidando áreas de interés que puedan beneficiar cada vez más a los sindicalizados universitarios, especialmente porque los tiempos requerirán no sólo de una organización más eficiente sino también de creatividad e ingenio para hacer frente a las complejidades que incluso tendrá que enfrentar nuestra casa de estudios por parte de aquellos que la siguen viendo como un botín de oportunidades y plataformas de tipo político y no como un lugar en el que converge todo aquello que nuestra entidad requiere para la solución de sus problemáticas sociales y su propio bienestar.