La Panga
Autor: Mayahuel Hurtado Ortiz
Un tema muy marcado en los Estados Unidos de América es sin duda alguna el racismo que desde siempre ha imperado. Asiáticos, musulmanes, judíos, hindúes, afroamericanos, mexicanos, cubanos, chilenos, puertorriqueños, entre otros latinos, han sido víctimas de ataques racistas en donde sin motivo aparente han resultado gravemente e incluso han perdido la vida.
Uno de los grupos sociales más repudiados en la Unión Americana es precisamente el afroamericano y fuera de los grandes atletas de alto rendimiento que le han regalado varias medallas a la Unión Americana, los boxeadores, los basquetbolistas, los beisbolistas y los jugadores de fútbol americano y soccer, desde las famosas guerras entre Carolina del Norte y Carolina del Sur, el papel del afroamericano ha sido el de víctima y hay que resaltar que el trabajo pesado que realizan personas de ese color solamente lo podemos apreciar en la pantalla grande en alguna buena película, como la última nominada por Denzel Washington ya que en realidad el afroamericano protesta de todo, exige sus derechos y abusando de su nacionalidad comete atropellos contra personas naturalizadas de otros países y más acentuadamente en contra de los indocumentados mexicanos.
Para nadie es un secreto que los sectores con mayor índice de delincuencia en los Estados Unidos son comandados por gente afroamericana e incluso las pandillas juveniles que han causado tantos estragos en las escuelas y muertos por riñas en las calles son de la misma raza. El vandalismo y los crímenes como resultado de actividades ilícitas no son el único motivo para que una persona pierda la vida, y el día de hoy, le voy a hablar de la historia de un indocumentado mexicano de origen oaxaqueño que se encuentra gravemente herido tras haber sido golpeado brutalmente sin motivo alguno mientras instalaba su puesto ambulante de venta de frutas.
A continuación transcribo a usted la nota informativa del periódico Excélsior que ha generado miles de visitas en unas cuantas horas:
“Un vendedor ambulante indocumentado que fue asaltado y enviado al hospital tras una golpiza en calles de Los Ángeles recibe la solidaridad ciudadana, que le aportó cerca de 80 mil dólares para su atención médica, informaron hoy aquí sus familiares.
Pedro Daniel Reyes, originario de Oaxaca, fue golpeado este domingo por cinco afroamericanos en una calle del sur centro de Los Ángeles, le robaron el poco dinero que tenía y lo golpearon fracturándole la quijada, le cortaron el cuello y le tiraron tres dientes.
Reyes, de 54 años de edad, es un vendedor ambulante de frutas que trabaja todos los días sin descanso y empezaba su jornada acompañado por otros tres vendedores ambulantes en las calles 31 y San Pedro cuando fueron asaltados a las 05:00 horas por estas personas que venían en dos autos compactos. Les dio su dinero, escribió su hijastro en GoFundMe, «pero todavía lo golpearon brutalmente» y describió a Reyes como un gran trabajador que dividió su tiempo trabajando como techador y vendedor de fruta.
Toda su cara estaba fracturada, su mandíbula rota en tres, su garganta cortada, y perdió varios dientes», dijo el hijastro de Reyes, y agregó que Reyes no tiene seguro médico, por lo que su atención seguramente costará varias decenas de miles de dólares.
«Los médicos dicen que su recuperación tomará al menos seis meses y que tendrá que ser alimentado con un popote. Sé que no querría pedir ayuda, pero realmente la necesitará», escribió.
Reyes tenía programado operarse este día, según la página de GoFundMe. Para la madrugada del lunes, la página había excedido su meta inicial de 25 mil dólares y la cifra iba creciendo y ya se acercaba a los 60 mil dólares.
Detectives del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés) revisan los videos de cámaras de seguridad en el área a fin de ubicar a los agresores”.
Hasta ahí la transcripción de una historia de tantas que no han llegado a un periódico mexicano en donde nuestros paisanos todos los días no sólo tienen que enfrentar abusos de la autoridad, tratos despectivos, trabos forzados, amenazas de deportación y violación a sus derechos humanos, no tener seguridad social, no gozar de ninguna protección por el hecho de no contar con un documento que le permita de manera permanente estar legalmente en los Estados Unidos, todo esto avalado por un presidente racista que un día sí y al otro también lanza serias ofensivas en contra millones de mexicanos que radican en los Estados Unidos.
El ejemplo de estos retrógradas pandilleros afroamericanos de alma negra son el vivo ejemplo de lo que sufre nuestra gente, que por si fuera poco, el bajo salario que perciben por realizar el trabajo que nadie quiere y me refiero a trabajar en el campo en la colecta de las verduras y las frutas, en las fábricas, de obreros, de empleadas domésticas, de meseros, de vendedores ambulantes, entre otras más actividades, no son suficientes para que las leyes internacionales garanticen el pleno respeto a sus derechos humanos que hay que decirlo, la sede de la ONU y donde nació la idea de que todos teníamos igualdad de derechos es la nación que hoy tiene más muertes por racismo en todo el mundo. Qué caro les salió a mis paisanos el cumplir el sueño americano. Esperemos que las autoridades en materia de relaciones exteriores no dejen impune este acto aberrante que hoy tiene gravemente lesionado a un hombre que su único delito fue salir temprano a trabajar honradamente.