La Panga

Autor: Mayahuel Hurtado Ortiz.

Hablar de Minatitlán es remontarnos a lo majestuoso de las culturas precolombinas, es una región del occidente que fue habitada por nahuas y otomíes de la provincia de Colima, llamada Tlacalahuastla, la que según el ilustre Felipe Sevilla del Rio, significa «lugar donde abunda o se fabrican cervatanas».
Históricamente, hay datos que nos muestran cómo le ha costado a Minatitlán consolidarse como municipio para ser hoy en día, por sus productos agrícolas y la actividad minera, el municipio más próspero e independiente, económicamente hablando, del estado.
Durante el año de 1833 atacó a México el cólera “morbus” y con el propósito de huir de esta enfermedad y buscar pastos para ganado, salió de Zacatecas una familia de apellido Figueroa, la cual llegó a Sayula y rentó el Rancho del Mamey; junto con esta familia se avecindaron don Felipe Mancilla, don Francisco Virgen y otros más.
Para 1849, este asentamiento se convierte en un pueblo. Años posteriores a la promulgación de las Leyes de Reforma, esas tierras formaron La Hacienda del Mamey, posterior a la revolución se erigió el municipio del Mamey, luego perdió el grado de municipio y volvió a depender de la Villa.
El primer ayuntamiento constitucional tomó posesión el 18 de enero de 1918. En 1920 se le cambió el nombre de Mamey por Minatitlán que significa “Lugar dedicado a Mina” y su lema es “La entereza del hombre vence”.
Después de la Revolución Cristera, el 5 de octubre de 1928, por decreto pierde de nuevo la categoría de municipio y fue gracias a las gestiones de otro ilustre minatitlense el diputado Profr. Porfirio Gaytán, ante el gobernador Salvador Saucedo, que se restituye la categoría de municipio en forma definitiva y desde entonces quedó adscrito al segundo distrito electoral federal con sede en Manzanillo.
Desde entonces, la fertilidad de las tierras de Minatitlán se debe a dos factores básicos: La zona de montaña con su altura y temperatura, pero también a los minerales que hay en la tierra. En estos campos se cultiva café, maíz y mango principalmente, además tomate verde, arroz, chile jalapeño y jitomate; también naranja, caña de azúcar, mamey y frutales varios. En la zona de montaña existen especies tales como jaguar, onza puma, tigrillo, jabalí, coyote, mapache, tejón, zorra, armadillo, venado, conejo, ardilla, entre diversos tipos de aves. Existe la minera Peña Colorada, que produce minerales, pero además genera aproximadamente mil 500 empleos en la región, actividad que no puede paralizarse porque si alguien afecta al generador de empleos, por consiguiente, afecta a quienes viven de la actividad minera que al mismo tiempo aportan recursos para que el municipio desarrolle obras o emprenda programas en beneficio de sus habitantes.
Pero toda este hermosa historia de un pueblo de gente trabajadora, se ha visto empañada en los últimos seis años por las ambiciones y agandalles de los hermanos Horacio y Alejandro Mancilla González, quienes creen que Minatitlán es el laboratorio de una democracia familiar que raya en el cacicazgo estéril y enfermizo.
Los Mancilla se han convertido en los candidatos “de aquí y de allá” para lo que sea y no importa el color ni el partido, lo único que realmente les importa es seguir apareciendo en las boletas cuando en todos los rincón de este mágico pueblo, la calles y la propia gente hace evidente el hartazgo del ping-pong que han jugado los hermanos en los últimos 9 años, en donde las descabelladas decisiones ponen en riesgo la principal actividad de Minatitlán.
El alcalde Horacio Mancilla, con su campaña de desprestigio a la empresa minera Peña Colorada, no solo está pateando la gallina de los huevos de oro, sino algo más preocupante, está golpeando a la empresa que le da trabaja más de mil 200 personas o habitantes del municipio que gobierna. No podemos olvidar que el desarrollo del municipio, el acceso a los servicios de salud y la mejora de la cabecera municipal, atraviesa por la llegada de Peña Colorada.
Es de llamar la atención el teatro electorero que ha montado Horacio Mancilla, donde ahora sí se muestra preocupado por la protección del medio ambiente, cuando durante años no hizo ningún señalamiento al respecto. No cabe duda que las elecciones son como las navidades, traen siempre muchas sorpresas, festejos y regalos.
Lo curioso es que a nivel de pueblo, se respira otra verdad, la del ciudadano que considera necesario una empresa generadora de empleos bien pagados y que alberga a familias enteras. Es muy importante resaltar que de un tiempo a la fecha, se ha iniciado una guerra sistemática de Horacio Mancilla contra lo que considere afecte sus intereses.
No se quiere dar cuenta que los minatitlenses ya lo reprobaron, prueba de ello es que no ha sido invitado por ningún partido para ser reelecto y pobre de Alejandro Mancilla, candidato a diputado federal, el lastre de su hermano Horacio será su tumba política, la cual empezará en su propio municipio. Al tiempo.

 

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