Autor: Rogelio Guedea.
Las buenas intenciones del presidente López Obrador, no bastan para hacer un buen gobierno, con todo y que él se esfuerce día con día en intentarlo. Como sabemos, una golondrina no hace verano. Lo que está sucediendo en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), envuelta en graves señalamientos de corrupción, es una muestra de esto, y no sabemos si en realidad esta caja de pandora se ha decidido abrir con el fin de que otros pongan sus barbas a remojar (lo que no está mal) o si simplemente se sólo se busca simular que el gobierno de López Obrador sí castiga la corrupción y, en el fondo del fondo, las cosas sigan intocables, como se vio en algún momento con el caso de Manuel Bartlett y sus propiedades.
No lo sabremos todavía, pero lo que sí sabemos es que al gobierno lopezobradorista le empieza a costar trabajo cumplir con las promesas de campaña, sobre todo aquellas que tienen que ver con los programas sociales que se diseñaron para beneficiar a jóvenes, madres solteras, adultos mayores y personas con discapacidad. Hay un nudo gordiano medio difícil de destrabar entre el dinero que se destina a estos programas y entre el momento en que estos se entregan. No sabemos en qué parte del trayecto el dinero o bien no llega de origen o bien se pierde justo antes de la entrega.
Está claro, eso sí, que hay muchos ciudadanos con derecho a recibir estos apoyos que no los están recibiendo. En las mismas redes sociales se puede apreciar este malestar social. Las expresiones de muchos usuarios de las redes indican que hay personas que sí reciben bien el apoyo, otras que lo reciben a medias y otras que de plano nunca han recibido nada, aun cuando están inscritos en el padrón de beneficiarios. Hace unos días, por ejemplo, fui a lustrarme los zapatos al jardín Núñez y, como siempre, entablé conversación con el bolero, una persona con discapacidad, a quien ya antes le había preguntado si estaba recibiendo el apoyo.
Le pregunté que si ya por fin lo estaba recibiendo y, con un movimiento rudo de mano, me dijo que definitivamente no. Luego agregó: a este gobierno se le están poniendo difíciles las cosas, mire. Y me enseñó el ejemplar donde aparecía la nota sobre el escándalo de la Conade, donde él mismo tiene relación pues es un deportista con capacidades diferentes. Como en la banca estaban sentadas un grupo de mujeres, al parecer trabajadoras del Ayuntamiento, el bolero le preguntó a una de ellas si había recibido el apoyo para guarderías. La mujer dijo que no e indicó que le habían dado una primera entrega en abril, luego en agosto ya no la llamaron y ahora es fecha que no recibe nada, y que como ella están varias conocidas más.
Está claro, también, que una golondrina no hace verano, esto es que no podríamos ni deberíamos de generalizar sobre una problemática tomando como base lo que uno percibe en las redes sociales o en un grupo reducidísimo de ciudadanos, pero tomando en cuenta los escándalos en los que han estado metidos muchos de los superdelegados a nivel nacional, algunos acusados de desvíos de recursos de los programas sociales, no estaría mal que esto se tomara con suma atención y urgencia. Si bien yo preferiría que los sueldos de las personas que trabajan mejoraran y que las que no tuvieran empleo encontrarán uno sin problema, en lugar de dar este tipo de apoyos que a largo plazo de nada servirán para acabar con la pobreza del país, yo creo que lo peor de esto es no es que las personas no reciban el dinero que se les prometió, al fin que no duele nunca que nos quiten lo que nunca tuvimos, sino que se desilusionen completamente de la única opción política que consideraron como su última esperanza de cambio verdadero en este país que, por la espiral de violencia y muchas cosas más, se nos empieza a caer a pedazos.